702. El chico del súper...

Posted by Thiago | Posted in | Posted on 15:00

Estaba ya cansado de ver todos los días a aquel guapo chico del súper del centro comercial situado al lado de mi casa recogiendo los carros, siempre sin camiseta. Yo me situaba invariablemente en la ventana de enfrente y, sin que él se diera cuenta, me pajeaba mientras contemplaba como trabajaba. Así un día y otro día. No puedo ni contar las pajas que así me hice, imaginando cada postura y cada polvo, pero siempre con él. Estaba obsesionado; creo que en la pared debe haber un agujero ya de tanto chocar mi rabo con el tabique. Esa pasión me iba consumiendo.

Y todos los días me dirigía allí, al súper donde trabajaba, con la estúpida disculpa de comprar algo: una barra de pan hoy; mañana unos chicles; pasado una bolsa de patatas. Pasaba cerca de él perdiendo el tiempo, mirándole con calma, tocándome el paquete insinuantemente o pasándome la lengua por los labios, pues su vista me los secaba pensando en succionar su polla. Él siempre me miraba con el mismo interés, pero ponía cara de resignación y volvía a su trabajo. Pero ayer era festivo, y él seguía allí cerca de los carros, de guardia, preparando todo para la mañana siguiente. Era un día caluroso y yo comencé mi sensual jueguecito de todas las tardes. Me planté desnudo delante de la ventanta como siempre, pero esta vez no me retiré cuando el alzó la vista; continué pajeándome tranquilamente manteniéndole la mirada. Le enseñaba sin pudor mi rabo empalmado. Estaba tan caliente que ya nada me importaba. Continué acercándo más y más mi rabo a punto de estallar ya al frío cristal de la ventanta, y aún así no encontraba alivio a mi calentura.

Entonces, él me hizo un gesto como para que bajara...


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