644. Pornopoética, 9º Participante: Alex del blog "En mi armario empotrado"
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Thiago
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El último participante hasta la fecha del ya famoso concurso en la blogosfera entera "Pornopoética" que yo mismo y AntWaters hemos convocado en mi otro blog, "El Blog que Thiago", ha tenido que exiliarse. Bueno, yo mismo he decidido publicarlo en este blog y no en el otro. Pues creo que el vídeo de Alex, del blog "En mi armario empotrado" es bastante fuertecillo como para colocarlo allí. Una cosa es un poema porno y cachondo, otra distinta es un video porno que lleva una poesía dentro, jajaja. Y aunque en "El blog que Thiago" he colocado alguna foto sin censura -lo que me ha valido el vergonzante "Aviso de Contenido",- creo que este vídeo encaja mejor en este blog, aunque forma parte de un concurso de esas características.Así que os presento aquí, entonces, la contribución de Alex en el concurso, la última hasta el momento. Una creación poética muy fina y elegante, jajaja. ¡Suerte a todos los participantes!
HAZME TUYO
"Entre las hojas secas, de este mi jardín yermo,
has entrado tú, con tu juventud y ferro.
Para darle a este cansado y marchito cuerpo,
la juventud que atesora oculta entre sus miedos.
Como gato encelado has venido a mi cama,
y has sorprendido mi noche con tus caricias y ganas.
Entregado has estado hasta la luz el alba,
conociendo mis entrañas con fuerza renovada.
Entre besos y caricias has desnudado mi alma,
sintiendo tus abrazos me he entregado en mi cama,
a tu lengua exploradora que he sentido entregada,
a descubrir mis poros, y mi pene que te exclama,
con fuerza y valentía que le hagas sentir tu mamada.
Y mi cuerpo se estremece cuando tus labios jugosos,
se posan en mi glande, que saboreando con jolgorio,
mi falo bien inhiesto que se presta a tus lamidas,
que prestas con tu lengua, llevándote mis suspiros.
Penetrando con tu pene, mi más profundos deseos,
Me agarro a tu cintura para sentir tu dulce cuerpo.
Y mis piernas se aferran a tus instintos naturales,
Para que no dejes de darme los placeres mundanales.
Entre suspiros y gemidos, te susurro al oído,
que no pares, vida mía, de hacerme todo tuyo,
que me metas tu gran pene sin demora y sin consuelo,
que me folles como sabes, con cariño y desenfreno.
Cabalgando en las estepas, me siento todo tuyo,
entregando mi cuerpo a tus abrazos y susurros,
que me dicen “sigue así mi niño, sigue así de duro”,
que me corro en tus entrañas y te entrego yo mi fruto.
Y mirando yo tu rostro, siento un chorro de tu leche
bien caliente y espesa, que me llena todo el vientre,
y me abrazo fuertemente a tu cuello y a tu cintura,
y en tu rostro se adivina el dulce sabor de la locura.
Bebiendo de tu pene, tu dulce néctar de leche,
me quedo extasiado rodeando tu vientre.
Y mirando como haces a mi polla juguetona
Soltar en chorros de fuerza, el fruto de mi simiente.
Quedando abrazados, entre el sudor y la lefa
Te digo al oído, - me has dejado saciado con tu polla tan certera-
Y te beso en los labios y tú metes tu lengua,
Y revolcándonos en la cama, volvemos a jugar con más fuerza."
"Entre las hojas secas, de este mi jardín yermo,
has entrado tú, con tu juventud y ferro.
Para darle a este cansado y marchito cuerpo,
la juventud que atesora oculta entre sus miedos.
Como gato encelado has venido a mi cama,
y has sorprendido mi noche con tus caricias y ganas.
Entregado has estado hasta la luz el alba,
conociendo mis entrañas con fuerza renovada.
Entre besos y caricias has desnudado mi alma,
sintiendo tus abrazos me he entregado en mi cama,
a tu lengua exploradora que he sentido entregada,
a descubrir mis poros, y mi pene que te exclama,
con fuerza y valentía que le hagas sentir tu mamada.
Y mi cuerpo se estremece cuando tus labios jugosos,
se posan en mi glande, que saboreando con jolgorio,
mi falo bien inhiesto que se presta a tus lamidas,
que prestas con tu lengua, llevándote mis suspiros.
Penetrando con tu pene, mi más profundos deseos,
Me agarro a tu cintura para sentir tu dulce cuerpo.
Y mis piernas se aferran a tus instintos naturales,
Para que no dejes de darme los placeres mundanales.
Entre suspiros y gemidos, te susurro al oído,
que no pares, vida mía, de hacerme todo tuyo,
que me metas tu gran pene sin demora y sin consuelo,
que me folles como sabes, con cariño y desenfreno.
Cabalgando en las estepas, me siento todo tuyo,
entregando mi cuerpo a tus abrazos y susurros,
que me dicen “sigue así mi niño, sigue así de duro”,
que me corro en tus entrañas y te entrego yo mi fruto.
Y mirando yo tu rostro, siento un chorro de tu leche
bien caliente y espesa, que me llena todo el vientre,
y me abrazo fuertemente a tu cuello y a tu cintura,
y en tu rostro se adivina el dulce sabor de la locura.
Bebiendo de tu pene, tu dulce néctar de leche,
me quedo extasiado rodeando tu vientre.
Y mirando como haces a mi polla juguetona
Soltar en chorros de fuerza, el fruto de mi simiente.
Quedando abrazados, entre el sudor y la lefa
Te digo al oído, - me has dejado saciado con tu polla tan certera-
Y te beso en los labios y tú metes tu lengua,
Y revolcándonos en la cama, volvemos a jugar con más fuerza."
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